LA GUERRA DEL PACÍFICO EN LAMBAYEQUE
1. LA INVASIÓN
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La llegada de las tropas chilenas a Lambayeque
se produjo el 24 de septiembre de 1880, al mando de Patricio Lynch.
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El muelle, así como el ferrocarril en Eten
estaban operativos.
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No habían piezas de artillería para hacer frente
a la invasión.
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El gobierno se había preocupado por defender
Arequipa y Lima, dejando el norte totalmente desprotegido.
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Piérola, tuvo el norte peruano desarmado, solo
protegía los intereses de sus partidarios más cercanos.
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La población se preparó para desplazarse a
lugares más seguros y vieron en la sierra la ruta de salvación.
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L a fuerza invasora estaba compuesta por 2,700
hombres de infantería, artillería, cañones, armamentos y 300 caballos.
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El desembarco chileno fue penoso, pero oportuno
para la mayoría de habitantes del litoral y poblaciones como Chiclayo,
Lambayeque y Ferreñafe, porque les permitió abandonar sus viviendas y huir.
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Algunos pobladores de Puerto Eten trataron de
inutilizar las líneas férreas, pero tuvieron que huir porque abrieron fuego
contra ellos.
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Cuando arriban los chilenos a Puerto Eten los
pobladores suben a los trenes y huyen a Monsefú.
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Una comisión chilena se entrevistó con el
Prefecto Aguirre y se le exigió un cupo de 150,000 pesos al departamento de
Lambayeque en el plazo de 48 horas.
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El prefecto con 200 hombres rechazó el cupo,
huyendo a Chiclayo, luego a Pátapo y finalmente Chongoyape. El alcalde y
regidores lo habían hecho el día anterior. Chiclayo estaba desamparado por sus
autoridades.
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El día 26 las tropas chilenas arribaron a
Chiclayo en el tren de Eten donde fueron recibidos por la Guardi urbana y el
teniente Alcalde. Los caballos se insatalaron en el local destinado para el
hospital “Las Mercedes” y la tropa se acuarteló en el colegio “San José”
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Los chilenos pidieron una contribución de 20,000
pesos, pero al no juntar esa cantidad empezaron a incendiar habitaciones,
casas, edificios públicos, tiendas, municipalidad, prefectura, etc.
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El 29 salieron de Chiclayo rumbo a las haciendas
de Pomalca, Tumán y Pátapo, se respetaron estas haciendas porque sus
propietarios eran extrajeros.
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Pátapo era propiedad de un chileno, le
decomisaron sus animales y 500 quintales de azúcar.
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Los chilenos se dedicaron a transportar por tren
todo el producto de sus saqueos (plata, joyas, ganado, arroz, azúcar, vino,
ron, etc.)
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Un grupo de 100 chilenos partieron rumbo a
Lambayeque y Ferreñafe. En Ferreñafe impusieron un cupo de 1,000 pesos y
pretendieron saquear un molino de arroz, no lo consiguieron por la intervención
de FRY quien sobornó a los soldados. A Lambayeque le impusieron una
contribución de 4,000 pesos.
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El 01 de
octubre regresan a Chiclayo, donde trataron de incendiar el Mercado Modelo, el
teatro “2 de Mayo”, el colegio San José
y el hospital “las Mercedes”, pero fueron salvados por Alfredo Lapoint.
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Hubieron extranjeros, como Montjoy, que
aconsejaban a los lambayecanos a no resistirse a las contribuciones de guerra.
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Todo en Chiclayo fue vergonzoso, no solo los
chilenos, sino los chiclayanos quienes barrían y recogían con todo, lo peor
denunciaban a Lynch quienes eran los hijos del país que tenían fortuna.
2. REACCIÓN DE LA POBLACIÓN EXTRANJERA
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Montjoy y Fry, estuvieron a favor de Chile.
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Lapoint, Puccio y Clark, tuvieron una destacada
actuación a favor de la población civil lambayecana, intercediendo frente a los
enemigos y el atropello de los chilenos.
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Probablemente algunos técnicos alemanes
proporcionaron información sobre las haciendas.
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Los chinos, peones de haciendas, colaboradores
de la invasión, portaban teas prendiendo fuego a los cañaverales.
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Fueron los chinos quienes denunciaron a Clark
ante las autoridades chilenas de haber escondido en su domicilio piezas del
ferrocarril de Eten.
3. ACTITUD DE LAS AUTORIDADES POLÍTICAS
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Lo que faltó en Lambayeque fueron líderes.
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Las indecisiones políticas y los intereses extra
nacionales jugaron en contra del manejo de la resistencia en Chiclayo.
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Falta de interés de la clase política, no
quisieron arriesgar la vida, la libertad, sus propiedades, etc.
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La clase dirigente estaba incómoda con la guerra
porque interrumpió su negocio de exportación.
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El Prefecto visitó las haciendas exigiendo
contribuciones para hacer frente a los chilenos, sin imaginarse que estos
hacendados estaban satisfechos del rumbo adverso del Perú y deseaban la llegada
de los chilenos.
LA POBLACIÓN
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La población lambayecana era gente desarmada,
sus hijos reclutados en la guerra.
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No hubo mayor resistencia en Chiclayo, pues no
contaban con líderes natos.
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El dictador Piérola persistió en su política de
tener el norte desarmado.
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Piérola prefirió mantener en Arequipa un fuerte
destacamento militar, pero jamás entró en combate y descuidó en norte peruano.
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Las armas que había tenido la población fueron entregados
a las autoridades locales.
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El prefecto Aguirre poco o nada hizo por
derrotar a los chilenos.
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Las familias pobres no tenían ningún reparo para
desamparar sus viviendas y parcelas y huir.
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El paisaje costeño brindaba facilidades para
emboscar a los chilenos, pero no se realizó.
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Pátapo era propiedad del chileno José Tomás
Ramos, administrado por FRY. Ramos desempeño un papel positivo a favor de la
población que huía en dirección a Chongoyape.
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El ferrocarril de Eten quedó a salvo porque se
pagó 3,250 libras esterlinas. Se pudo evitar el pago si el cónsul Montjoy
hubiese intervenido.
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El 04 de octubre se desocupo Chiclayo y el 26 de
octubre ya no había ningún chileno.
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