CALIDAD AMBIENTAL
La calidad ambiental es uno de los componentes
de la calidad de vida en una comunidad, ya que dependiendo del estado de los
recursos naturales renovables que la rodean, se recibirán sus invaluables
beneficios o en caso contrario, sus efectos que se reflejarán en un impacto
nocivo para la salud especialmente sobre la niñez y la tercera edad.
El objetivo de todo estado su gestión es
conservar un medio ambiente sano, para lo cual es necesario que los recursos
naturales receptores de los vertimientos, residuos y emisiones de las
actividades humanas, a saber, el agua, el suelo y el aire, conserven unas
condiciones de cantidad y calidad, que les permitan recibir determinado nivel
de contaminantes y tener la capacidad de autodepurarlos de tal forma que se
conserve un medio ambiente adecuado para la vida tanto del hombre como de las
diferentes especies de fauna y flora que conforman nuestros ecosistemas.
Actualmente existen parámetros definidos por
diversas entidades y organismos internacionales que después de muchos estudios
han determinados ciertos valores bajo los cuales se fijan las directrices para
mantener la calidad del medio ambiente. Estos indicadores han sido adaptados
por los países del mundo de acuerdo a su realidad.
ÍNDICES DE CALIDAD AMBIENTAL
Un Indicador es una representación numérica que
sintetiza información en un período de tiempo. Los indicadores ambientales son
formas directas o indirectas de medir la calidad del ambiente, pueden ser
utilizados para determinar la situación actual y las tendencias en la capacidad
del ambiente para sustentar la salud ecológica y humana.
Para determinar la calidad ambiental del medio
ambiente, sus características pertinentes y significativas deben ser medibles y
cuantificables a través de indicadores e índices ambientales que permitan una
gestión eficiente.
La importancia del desarrollo de indicadores
radica en tres objetivos ambientales fundamentales que permiten alcanzar el
desarrollo sustentable:
- Proteger
la salud humana y el bienestar general de la población
- Garantizar
el aprovechamiento sustentable de los recursos
- Conservar
la integridad de los ecosistemas
1.
CALIDAD
DEL AIRE
DEFINICIÓN
La
calidad del aire es una indicación de cuanto el aire esté exento de polución
atmosférica, y por lo tanto apto para ser respirado.
IMPORTANCIA
La calidad del aire depende de la presencia en
la atmósfera de algunos contaminantes, que en concentraciones superiores a los
niveles límites establecidos pueden resultar peligrosos para la salud y/o el
bienestar de las personas, o para la calidad de los ecosistemas naturales. El
diseño de las ciudades es de gran importancia en cuanto a la calidad del aire
ya que los elementos que lo configuran (principalmente aspectos relacionados
con la movilidad y los procesos industriales) determinan, junto con las condiciones
meteorológicas, la emisión, la distribución y la difusión de los contaminantes
atmosféricos. Los principales contaminantes atmosféricos son el dióxido de
azufre, el dióxido de nitrógeno, el monóxido de carbono, los compuestos
orgánicos volátiles, las partículas en suspensión y el plomo.
Actualmente
los controles y la reglamentación se han incrementado y la calidad de los
combustibles también se ha mejorado. Sin embargo el tráfico vehicular se ha
incrementado exponencialmente, transformándose en la principal fuente
contaminante en las ciudades. A nivel mundial se ha descubierto que las
emisiones de anhídrido carbónico derivadas de la combustión del petróleo están
participando en forma determinante en el incremento de la temperatura global a
causa del efecto invernadero.
2.
CALIDAD
LUMINICA.
DEFINICIÓN.
La calidad lumínica está dada por las
condiciones aceptables de la luminosidad en el ambiente que no deterioran o son
perjudiciales para la salud humana o el ecosistema.
La contaminación lumínica puede definirse como
la emisión de flujo luminoso de fuentes artificiales nocturnas en intensidades,
direcciones, rangos espectrales u horarios innecesarios para la realización de
las actividades previstas en la zona en la que se instalan las luces.
IMPORTANCIA
Un ineficiente y mal diseñado alumbrado
exterior, la utilización de proyectores y cañones láser, la inexistente
regulación del horario de apagado de iluminaciones publicitarias, monumentales
u ornamentales, etc., generan este problema cada vez más extendido.
La
contaminación lumínica tiene como manifestación más evidente el aumento del
brillo del cielo nocturno, por reflexión y difusión de la luz artificial en los
gases y en las partículas del aire urbano (smog, contaminación...), de forma
que se disminuye la visibilidad de las estrellas y demás objetos celestes. El
20 de abril de 2007 se promulgó la Declaración de la Palma por el derecho a
observar las estrellas, con el apoyo de la Unesco.
Es
indudable que el alumbrado exterior es un logro que hace posible desarrollar
múltiples actividades en la noche, pero es imprescindible iluminar de forma
adecuada, evitando la emisión de luz directa a la atmósfera y empleando la
cantidad de luz estrictamente necesaria allí donde necesitamos ver. Toda luz
enviada lateralmente, hacia arriba o hacia los espacios en donde no es
necesaria, no proporciona seguridad ni visibilidad y es un despilfarro de
energía y dinero.
Sobre
este grave problema, hasta el momento, existe escasa conciencia social, pese a
que genera numerosas y perjudiciales consecuencias como son el aumento del
gasto energético y económico, la intrusión lumínica, la inseguridad vial, el
dificultar el tráfico aéreo y marítimo, el daño a los ecosistemas nocturnos y
la degradación del cielo nocturno, patrimonio natural y cultural, con la
consiguiente pérdida de percepción del Universo y los problemas causados a los
observatorios astronómicos.
Estos
perjuicios no se limitan al entorno del lugar dónde se produce la contaminación
—poblaciones, polígonos industriales, áreas comerciales, carreteras, etc. —,
sino que la luz se difunde por la atmósfera y su efecto se deja sentir hasta
centenares de kilómetros desde su origen. Además, la contaminación lumínica
puede provocar la aparición de plagas y cambios persistentes en el medio
ambiente.
Al
incrementarse más el brillo del cielo, acaban por desaparecer también, de forma
progresiva, las estrellas, con lo que, al final, solamente las más brillantes,
algunos planetas y la Luna resultan visibles en medio de un cielo urbano neblinoso
de color gris-anaranjado.
Además,
se ha demostrado en los últimos años que una exposición prolongada de los
árboles a luz artificial puede provocar que los árboles se descontrolen y
produzcan oxígeno por la noche en vez de expulsar dióxido de carbono.
3.
CALIDAD
EN EL SUELO
DEFINICIÓN.
La calidad y la salud del suelo son conceptos
equivalentes, no siempre considerados sinónimos. La calidad debe interpretarse
como la utilidad del suelo para un propósito específico en una escala amplia de
tiempo. El estado de las propiedades dinámicas del suelo como contenido de
materia orgánica, diversidad de organismos, o productos microbianos en un
tiempo particular constituye la salud del suelo.
La
preocupación por la calidad del suelo no es nueva. En el pasado, este concepto
fue equiparado con el de productividad agrícola por la poca diferenciación que
se hacía entre tierras y suelo. Tierras de buena calidad eran aquéllas que
permitían maximizar la producción y minimizar la erosión. Para clasificarlas se
generaron sistemas basados en esas ideas. Esos incluían términos como tierras
agrícolas de primera calidad. El concepto de calidad del suelo ha estado
asociado con el de sostenibilidad, pero éste último tiene varias acepciones.
Para Budd (1992), es el número de individuos que se pueden mantener en un área
dada. En cambio, para Buol (1995), el uso del suelo se debe de basar en la
capacidad de éste para proporcionar elementos esenciales, pues éstos son
finitos y limitan, por ende, la productividad. La calidad del suelo, ha sido
percibida de muchas formas desde que este concepto se popularizó en la década
anterior (Karlen et al., 1997). Este concepto ha sido relacionado con la
capacidad del suelo para funcionar. Incluye atributos como fertilidad,
productividad potencial, sostenibilidad y calidad ambiental. Simultáneamente,
calidad del suelo es un instrumento que sirve para comprender la utilidad y
salud de este recurso. A pesar de su importancia, la ciencia del suelo no ha
avanzado lo suficiente para definir claramente lo que se entiende por calidad.
4.
RADIACION
NO IONIZANTE (RNI).
DEFINICION
Las Radiaciones No Ionizantes (RNI) son las
radiaciones electromagnéticas que no tienen la energía suficiente para ionizar
la materia y por lo tanto no pueden afectar el estado natural de los tejidos
vivos. Constituyen, en general, la parte del espectro electromagnético cuya
energía fotónica es demasiado débil para romper enlaces atómicos; entre ellas
cabe citar la radiación ultravioleta, la luz visible, la radiación infrarroja,
los campos de radiofrecuencias y microondas, y los campos de frecuencias
extremadamente bajas.
Las RNI pueden provenir de la naturaleza, siendo
el Sol la mayor fuente de radiación; o de servicios y sistemas radioeléctricos
de uso civil y militar, tales como la radio, TV, Internet, telefonía fija y
móvil o celular, radioaficionados, así como los sistemas de seguridad de las
FFAA, aeropuertos, radares, policía, bomberos, salud, alarmas, rastreo satelital,
etc.
En
orden de magnitud, los servicios de radiodifusión (AM, FM y TV) por sus
características técnicas, de cobertura y su antigüedad en el mercado, son los
que irradian mayor potencia. Les siguen artefactos tales como los hornos a
microondas, monitores de PC, tubos fluorescentes, etc. Sin embargo, todos se
encuentran dentro de los límites máximos de exposición humana a las Ondas
Electromagnéticas establecidos por la normativa vigente.
Es
importante destacar que las ondas radioeléctricas, que emiten Radiaciones No
Ionizantes, aún cuando sean de alta intensidad de potencia, no pueden causar
ionización en un sistema biológico, es decir que no pueden alterar su
estructura molecular ni celular.
5. CALIDAD
DEL AGUA
La
calidad de cualquier masa de agua, superficial o subterránea depende tanto de
factores naturales como de la acción humana.
Por lo
general, la calidad del agua se determina comparando las características
físicas y químicas de una muestra de agua con unas directrices de calidad del
agua o estándares. En el caso del agua potable, estas normas se establecen para
asegurar un suministro de agua limpia y saludable para el consumo humano y, de
este modo, proteger la salud de las personas. Estas normas se basan normalmente
en unos niveles de toxicidad científicamente aceptables tanto para los humanos
como para los organismos acuáticos.